París, Francia (26 febrero 2010).- Un gigantesco iceberg del tamaño de Luxemburgo se desprendió de la Antártida hace dos semanas y su deriva podría alterar las corrientes oceánicas en todo el mundo, según un estudio científico publicado este viernes.
A pesar de que el impacto no se sentiría hasta dentro de varias décadas, una disminución en la velocidad de producción de agua fría y densa podría resultar en inviernos menos templados en el Atlántico norte, señalaron los investigadores.
El bloque de hielo, de 2 mil 550 kilómetros cuadrados, se desprendió el 12 ó el 13 de febrero del Glaciar Mertz, un cuerpo de hielo flotante de 160 kilómetros de largo que emerge de la Antártida oriental y se extiende sobre el Océano Antártico al sur de Melbourne, informaron los científicos.
Con un grosor de 400 metros, el iceberg podría llenar el puerto de Sidney unas cien veces.
Fuente: El Norte